LO QUE CUESTA ROMPER EL HIELO


- Que la homenajeda subiera al escenario: Repetir dos veces la entrada de la canción, y que el papa le ofreciera esa sonrisa, que dicen encandila hasta las serpientes, si estas son del genero femenino. E incluso a algún que otro guardía de trafico... ( eso dicen, pero como yo ni soy serpiente ni guardia de tráfico, no sabría decir si es verdad)

- Ver a un lobo parisino entonando los coros: No tuvo precio, y además nadie se dió cuenta de las veces que perdió los pasos del baile.

- Ver como el mostruo a cargo de la bateria, se picaba con el papa y la niña para ver quien aguantaba más ritmo: Una sufrida mirada al techo de su respectivas y adultas mujeres.

- La cara de disfrute de la enana: impagable.

Coste añadido de tal especial momento: Un cubitera de hielo repartida entre el codo del bateria y la rodilla del bailon papa.

Ambos olvidaron que a partir de los Treinta y muchoooooossss, aunque el espiritu se sienta joven, el cuerpo no perdona.

Claro que como buenas y abnegadas compañeras, no se dudó en ningún momento, que el codo de uno estuviese resentido, jamás lo ha estado. Fue un mal golpe de baqueta, por supuesto. Y la rodilla del papa tampoco se resintió, en realidad es que había caminado mucho esa tarde sacando al perro...

Agradecer:

- Al angel del teclado su Santa paciencia con los dos crios de mas de treinta..., en realidad creo que la más adulta fué la menor, pero no sé si es una opinión muy objetiva.

- Al lobo de parís, que prestase su inugualable voz, y que perdiese aire intentado seguir el baile.

- A ese pezado bateria que dicen es mejor incluso que cualquiera que haya podido tener The Cult, por hacer que todos acabaramos bailando o aplaudiendo la canción.

- Al papa, que me devuelva la cubitera, por favor, que era la buena....




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