Pijerio en tiempos de crisis


Hoy lunes con mi cuota mañanera de cafeina sin haberme hecho efecto, me he topado con Maripi, si, de verdad que la llaman Maripi, al menos los que tienen el sagrado honor de tutearse con ella, los que no, es decir personal de servicio, camarer@s y demás dependientes varios, si no se dirigen a ella como SRA de "pitosflautos"- No daré el apellido de su consorte por temas de privacidad-, son ignorados. ¡Que suerte tienen, caray!

Al efecto aún no surtido de mi cafeina, más el madrugon mal avenido típico de un lunes, sumemosle un frío y una niebla humeda matinal de tres pares... Y entonces os podreis hacer una ligera idea de mi humor ante el fortuito encuentro en la calle Princesa con la santa hija de la conocida de mi madre.

Y no saludarla no era una opción, o le diria a su madre de mi mala educación, esta a su vez le contaria a la mía, la cual como mínimo me pegaria un telefonazo dandome un sermón de al menos cuarenta y cinco minutos, eso si mi madre estuviese de buen humor cuando la hubiera llamado a ella la madre de Maripi, en caso contrario, a los 45 minutos de sermon, le añadimos IVA y TAE devengados del mal humor materno y yo acabo con un bronca de al menos 70 minutos de duración y un dolor de cabeza necesitado de Ibuprofeno.

Así que salude a Maripi....

MRP: OH! Hola chatina -Odio, realmente odio me llamen chatina, más que los chackras lo que se me revuelven son las tripas-. ¿También has decidido aprovechar las rebajas para cambiar esos horrorosos regalos de Navidad?

C: No, recuerda que yo trabajo. En realidad voy camino de una reunión y...

MRP: ¡Por favor! No me digas que aún trabajas... ¿Pero no te habías casado? ¿Te volviste a separar?

C: Si, si, no. Mira he de....

MRP: Pues no entiendo para que trabajas si estás casada.

Os doy mi palabra de que aspiré e inspiré, y comenzé a contar hasta 10. Todo iba bien, hasta que Maripi continuó abriendo su bocota....

MRP: Ya dice mi madre que tu no sabes elegir maridos y claro así te va...

No me quedó otra que contestar.

C: En realidad trabajo porque me da la gana (Y para pagar hipotecas y cole y comedores de cole y calzado infantil a tutiplen, pero claro eso no le dije..) Y para no necesitar cambiar regalos en épocas de rebajas. Total ya sabemos todas que en los saldos de rebajas, solo encuentras cosas con algún defecto de fabrica por muy de marca que sean.

Aproveche la boca abierta de Maripi para lanzarle un beso a la mejilla, y aprovechando un taxis que descargaba viajeras ansiosas de rebajas me esfumé.

Espero estar aún a tiempo de incluir en mi lista de deseos para el 2012 no volver a encontrarme con Maripi en lo que queda de año.

1 comentario:

erraol dijo...

Siempre he dicho que necesitas un brut@ a tu lado que espante con su mala dicción de tu paso a esta nube de especímenes que de vez en cuando aparecen a tu alrededor, menos mal sólo dejas sea de vez en cuando. Lo del marido lo dejaremos correr no sea que el ego sea imposible de soportar
(el otro no es ni ha sido)